TIERRAS (parte 1)

Si hay algo importante en cualquier cultivo ya sea ornamental o productivo es el suelo y el agua sin lugar a duda. Pero al momento de realizar un proyecto en jardinería se deberá tener en cuenta varias cosas, entre estas pensar que no toda la superficie deberá tener la denominada “tierra negra”, de hecho, hay suelos arcillosos en donde las gramillas no crecen y suelos de arena que evitan la acumulación de agua. Ahora bien, si

nuestro proyecto no requiere de una gran cantidad de “tierra negra”, es muy seguro que compraremos este tipo sustrato en tiendas afines. En este sentido Usted deberá tener en cuenta algunas características que lo guíen al momento de hacer la compra. En la tierra se producen una infinidad de procesos físicos y químicos de complejidad moderada que son aprovechadas por plantas, insectos y microorganismos que habitan en ella. El más importante de estos procesos y el que más nos interesa es el “intercambio iónico” cuya consecuencia directa es la fertilidad de la tierra. Piense además en la textura de la tierra, de esto depende la sujeción y absorción de nutrientes. Al momento de comprar tierra negra observe primero el envase (si está en bolsas de plástico o en tipo de contenedor). Básicamente la tierra negra tiene un alto porcentaje de material orgánico en estado de degradación que necesita oxígeno para completar este proceso, por lo que en un envase de plástico serrado herméticamente condensará mayores gases nocivos y consumirá su propio oxigeno haciendo que la tierra literalmente se pudra, en este sentido un lugar apropiado para tener almacenado este tipo de producto es precisamente, lugares a media sombra y bien aireados… (Mañana continuaremos con este interesante tema)